Sus muñecas empezaron a sangrar y escucho:
- Cúmplelo, matate...
Aquella voz era espeluznante.
Sus ansias de recuperar a Hugo eran inmensas, pero estaba demasiado deprimido. Aquella noche se administro seis calmantes mezclados con alcohol, solo quería que esa pesadilla acabara. Quería salir rápido de aquella casa que tan malos recuerdos escondía. ¿Pero como dejar a mi hijo con esa cosa? Encontraría la solución. Buscar a la enfermera, ya que teóricamente es la única que puede que este viva y no sea una imaginación. Volví al Hospital, busque por los pasillos y pregunte al puesto de información, rápidamente Elena, que era una supervisora, me atendió y me dijo: Señor Ian, aquella enfermera no trabajaba desde hace muchísimo tiempo en aquel hospital, ya que debido a un accidente laboral, había fallecido hacia 82 años o eso ponía en el historial clínico.
- ¿Cómo podía ser? Ni siquiera yo vivía hace tantos años. Volví a casa sin parar de pensar en el asunto, debía tener una explicación lógica, todo esto tenia que tener un motivo. Decidí descansar un poco, había sido un día demasiado ajetreado.
Esa noche... El teléfono sonó...
Ian: ¿Diga?
Voz: Soy Jerry
Ian: Uf menos mal (susurre)
Jerry: Siento llamarte tan tarde, pero necesito contarte algo...
Ian: Claro, dime. ¿Qué sucede?
Jerry: Es tu hijo.
Ian: ¿¡Mi hijo?!, ¿¡Hugo?!
Jerry: Mm mm... Si... dudo que tengas otro...
Ian: Si jajá (reí falsamente). Bueno dime, ¿Qué sucede con Hugo?
Jerry: Veras...
Ian: ¡¿Quieres dejarte de inquietudes?! (Estalle en un arrebato de miedo, locura y ansias de saber de el)
Jerry: Cálmate. ¿Hugo se encuentra bien?
Ian: ¡¿A que viene esa pregunta!?
Jerry: Veras, ayer me pareció verle , pero era extraño iba con una muchacha. Por eso preguntaba si todo iba bien.
Ian: ¡¿Donde, donde le viste!? Todo va mal Jerry, lo he perdido, algo se lo llevo...
Jerry: ¡¿Que estas diciendo?! Estaba en un pueblo cerca de aquí con una muchacha. Mm mmm... Ahora que recuerdo, llevaba una chapa, enfermera Margaret.
Rápidamente deje de hablar con Jerry y me dirigí al hospital.
Enfermera de admisión: Hola, buenas noches. ¿En que puedo ayudarle?
Ian: Busco a Elena.
Enfermera de admisión: Lamento comentarle que Elena a sufrido un paro cardiaco
Ian: ¿Cómo puede ser?
Enfermera de admisión: Nadie lo sabe, no sufría ninguna enfermedad del corazón. Lo ultimo que dijo es el nombre de Margaret.
Ian: Sera mejor que la deje trabajar, adiós.
Enfermera de admisión: Adiós, pase buena noche.
-¿Como puede ser? Ese nombre era el de la enfermera. Tengo que contactar con Érica, una amiga de la infancia que según afirmaba hablaba con espíritus, no tenia otra opción.
Encontré una foto de ella, donde ponía su numero de teléfono, estaba tan desgastada que apenas se veía. La llame y quede con ella el una cafetería cerca de nuestra antigua escuela, cuando le mostré la foto dijo que ella nunca me mando esa fotografía. De echo me pare a pensar y nunca jamás la había visto quien la había colocado en la primera caja que abrí...
CONTINUARA...