domingo, 20 de julio de 2014

CAPITULO I...

Se abrió la puerta y ahí estaba ella con su camisón blanco, unas sábanas rodeaban su cuerpo, "Una voz gritaba a aquella niña que desapareció. Nadie sabía nada de ella, un día en el parque se vio la niebla y en un abrir y cerrar de ojos ya no estaba aquella muchacha". Tenía algo raro, eran sus sábanas, estaban cubiertas de sangre y mis ojos sólo podían mirar los suyos, negros como el carbón, sin alma, sin cuerpo ni mente. Algo me hacía arrimarme a aquella muchacha pero a la vez ese algo me decía "aléjate o morirás" ella tenía una voz que cautivaba y su cuerpo era el que todo hombre querría tener en sus manos, junto a su cuerpo y estar dentro de ella. Me arrimaba despacio sigilosamente, cuando me di cuenta que ella estaba sonriendo, pero no era una sonrisa normal, era una sonrisa distinta a todas las que había visto hasta el día de hoy. Parecía que tramaba algo, qué escondía algo y poco a poco cada vez más cerca de ella, veía seguridad y tenía miedo al mismo tiempo, miedo de aquella sensación qué era tan rara cómo la lluvia en pleno mes de Junio, como si estuviera a 30 grados en Enero. 

Yo quería mirar atrás pero no podía, sólo sentía frío, mi alma se había congelado y cada vez me sentía más cercano a ella, sentía que mi cuerpo moría lentamente intentado huir, pero ya era demasiado tarde, su sonrisa seguía llamando mi atención, lo que me hacía acercarme todavía mas a ella. Sólo quería saber que tramaba, que ocultaba, qué significaba aquella mirada, tan oscura, sin cuerpo, sin alma... No entendía porque una chica de su metabolismo, con ese cuerpo, con su cabello dorado como el sol, tenía tanta pena en su mirada. Sin embargo, su sonrisa la delataba, era extraño.

Ya veía su sonrisa, ya sabía su significado: ir a la muerte
"Ya sabes el dicho la curiosidad mató al gato", yo era ese gato en una trampa, una trampa en la que habían caído mil hombres y que ya nunca podría salir de allí, me arrepentiría, pero sus cabellos dorados me encandilaban. Sólo quería ir con ella al igual que sabía qué iba a morir. Sus ojos por un momento absorbieron el color de los míos y yo sentía que mi alma salía de mi cuerpo, se iba hacia el suyo, no sentía paz pero a la vez me sentía triste, deprimido, sin fuerzas, sólo quería que todo acabará.

Por fin pude mirar atrás, vi el pasado desde que nací, vi a mi madre, a mi padre y a mis tres hermanos pequeños, cuando corrían detrás de la pelota y yo no les hacía ni caso. Me gustaría volver a aquel momento de mi vida en que era feliz en cierto modo.
La sonrisa de la muchacha me hacía recordar todos los momentos que no aproveche y me hacía arrepentirme, quería seguir en esa paz, quedarme allí.

Sigo sin saber cómo la pude ver, si esto ha sido un sueño o simplemente he muerto. De repente vi sangre corriendo por mis brazos, aquello era un sueño, o eso quería creer...
No sentía dolor sólo calma y soledad, quise mirar la misma sonrisa que me cautivó, pero ya no estaba allí, sólo veía oscuridad. Levanté la vista al frente y  vi mis recuerdos de nuevo y no hacia mas que pensar...
"¿Porque no podía despertarme?" Era todo tan extraño. De repente... vi una puerta y con ella, la luz. Volví a ver esas sábanas, esas sábanas sangrientas que me recordaban a aquella niña desaparecida, "¿Que había sido de ella?¿Y porque no podía yo salir de aquí?".

De repente desperté, había sido todo un sueño, parecía tan real que mis piernas temblaban. Al despertarme, seguía notando su sonrisa, cómo si me estuviera observando...






 CONTINUARA...

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